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Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires, Argentina

  • Foto do escritor: Fotografia e Nostalgia
    Fotografia e Nostalgia
  • 22 de mai.
  • 5 min de leitura

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Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires - Argentina

Fotografia



La Academia Nacional de Medicina es una entidad civil sin fines de lucro y su autonomía es importante porque ofrece la posibilidad de trabajar e investigar con continuidad en un medio totalmente ajeno a los vaivenes políticos, a las influencias gubernamentales y a los intereses personales, dedicándose exclusivamente a lo científico.

Los objetivos de la Academia están claramente expresados en los Estatutos y pueden resumirse así: estudia cuestiones científicas y técnicas relacionadas con la medicina; evacua las consultas que le formulan los poderes públicos; dedica preferente atención a los problemas relacionados con la salud pública; promueve la investigación científica; expresa opinión sobre asuntos de interés trascendente de carácter médico; establece relaciones con las instituciones relacionadas con la ciencia médica, nacionales y extranjeras, fomenta por todos los medios a su alcance el culto de la dignidad y la ética en el ejercicio profesional y ofrece su tribuna a todos los expertos que deseen exponer sus temas de investigación.

La Academia Nacional de Medicina, preocupada por la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, ha efectuado varias declaraciones en torno a problemas clásicos en medicina con el fin de contribuir a humanizar la relación médico – paciente, ya que esa relación está basada en los derechos que tiene el paciente y, por ende, en el respeto a la persona humana desde la concepción hasta su muerte, ya que la medicina tiene al hombre como principio y fin de todo acto y, cuando se olvidan los valores morales, se pone en riesgo el bien del paciente.

La Academia Nacional de Medicina nace a poca distancia del amanecer de la patria. Fue creada por Bernardino Rivadavia, entonces Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, en 1822 y es la más antigua de América. El decreto de su creación, que data del 9 de abril de 1822, fue denominado «Arreglo en la Medicina».

Entidad rectora en medicina, su historia se inicia a la par de la enseñanza universitaria de la medicina en el país. Su larga trayectoria es el resultado de afanes, del esfuerzo de quienes contribuyeron y contribuyen con su acción y su trabajo al progreso y la dignidad del arte médico.

Su señorial sede está situada en Av. Las Heras 3092 de la ciudad de Buenos Aires y fue inaugurada el 16 de abril de 1942.

En el año 1972 la Academia Nacional de Medicina celebró con diversos actos el sesquicentenario de su creación y, en esa ocasión, fue acuñada una medalla conmemorativa.

A su vez, y también con motivo de esta celebración, el señor Académico Marcial I. Quiroga, que años después fuera designado Presidente de Honor de la Corporación, escribió «La Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires 1822-1972», obra en la que relata la historia de la Institución durante el transcurso de esos ciento cincuenta años, distinguiendo seis períodos sucesivos y puntualizando los fines y las normas imperantes en cada uno de ellos.

En marzo de 2000, veintisiete años después de la primera, apareció la segunda parte de «La Academia Nacional de Medicina», que abarca el período 1973 – 1999.

Aspectos arquitectónicos:

Descripción de las alegorías que componen las esculturas del frontón de la fachada principal de la academia nacional de medicina por su autor, el escultor Antonio Peretti (1942).

Fronton de la fachada principal sita en la Avenida Las Heras 3092:

La parte central lo forma el Escudo Nacional colocado sobre un cartucho grande que abarca desde el apoyo que le da la cornisa, hasta el vértice de la línea de la tabla del frontis.

Dos cornucopias laterales simbolizan la riqueza de conocimientos adquiridos por la ciencia a través del transcurrir de los tiempos, el acopio de material cultural científico, que requiere el difícil arte de la medicina.

Partimos del lado derecho del cartucho para describir las alegorías:

1º) La ciencia médica sentada y, de su desnudez, cual verdad aspirada, retiene en su mano la serpiente venenosa, de donde hará destilar la ponzoña para convertirla en benefactor suero, al servicio de la salud de la humanidad.

2º) Al dorso se halla la hermana de Caridad que, cumpliendo su acción humanitaria con la medicina, sostiene y alienta con la dulzura de su espíritu, al niño enfermo por males hereditarios, incurables donde la ciencia médica pondrá nuevos conocimientos a solucionar tan arduo problema; le rodea la vejez que, en su dolor de sentirse próxima al fin de la vida, recurre al corazón de la Hermana a que le consuele lo que para el espíritu necesita, bello complemento que se une a la medicina.

Le siguen dos niños plenos de salud, retozan cual ajenos a la lucha que deberán soportar en el recorrer de la vida, de los seres organizados que la naturaleza ha destinado.

Debajo de ellos dos ovejas que simbolizan la paciencia, la perseverancia necesaria en el campo científico para arribar a la meta del triunfo del intelecto sobre el mal.

Lado izquierdo del cartucho:

El hombre, que en actitud de concentración analítica, toma el cráneo humano para descifrar los misterios que encierra la anatomía general.

Detrás de él se encuentra la sensibilidad de la perfección triunfante sobre los misterios de la vida, del triunfo obtenido por los cerebros que fueron alejados de los azotes de la humanidad, que tantos estragos hacían en épocas muy pretéritas.

Sigue la ciencia natural despertada por el hombre fuerte de alma y cuerpo que, apoyada su mano izquierda sobre el orangután, sintetizan la lucha entre el sentimiento y la razón, entre lo fatuo, entre los mitos y la verdad razonada y analítica de la ciencia a través de hallar los eslabones de la cadena infinita que componen los seres de la tierra.

El can, símbolo de aquella conquista grandiosa que libró al mundo de la hidrofobia y cimentó sobre bases más seguras y positivas en sus resultados de la sueroterapia.

El ave y la cavia, entre ellos el adolescente, animales que con tantos experimentos efectuados sobre ellos, cierran los símbolos que componen el frontis.

Problema difícil de solución escultórica por cuanto se trata de un frontis cuya altura es un poco grande en relación con su longitud, donde era necesario unir el símbolo de la Patria con el carácter de la obra, vale decir la fuerza Nacional con el valor de la Academia Nacional de Medicina.

Fue necesario utilizar el alto relieve para obtener el efecto necesario en lo clásico del estilo del edificio, dado que el orden del mismo así lo requería, donde las columnas sin estrías para dar la sensación de solidez, son rematadas por capiteles, cuya decoración está circunscripta dentro de la misma masa pétrea.

De modo que el claroscuro que se ve en la fachada, forma un conjunto armónico en todo, tanto como color de sus sombras y luces, como para las líneas estáticas de las figuras que se complementan entre sí. Trecho de texto da Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires.

Localizada na Avenida Las Heras 3092.

Nota do blog: Data 2024 / Crédito para Jaf.


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